La VeraCruz de Aguilar de la Frontera vivirá en el primer tercio del siglo XVII, una etapa de renovación e incorporación de nuevas Imágenes entre ellas se adquirió la Imagen del Cristo de la Columna y Azotes, la Imagen se considera como obra de un taller que siguió los postulados de Alonso de Mena.
Representa los momentos a la Flagelación apoyando todo el peso del cuerpo sobre la pierna derecha y flexionando ligeramente la izquierda con las manos atadas aun balaustre bajo, con una disposición que recuerda la talla realizada por Alonso de Mena para Priego de Córdoba, con la que tambien guarda cierta relación el perizoma, que en ambas es cordelifero y cae sobre el muslo derecho de Jesús, que en la escultura de Aguilar no esta abatido como la priegense, manteniendo erguida la cabeza con un rostro de aceptación del sufrimiento que conmueve profundamente.