Ocupando la silla Obispal Pedro Trevilla se inició el siglo XIX con la nefasta tendencia del último tercio del siglo XVIII. Un informe realizado por el vicario de la parroquia Miguel López en la atención a un requerimiento de Trevilla en su afán de fiscalizar la celebración de la Semana Santa nos, va a permitir conocer como se encontraba el mundo cofrade de Aguilar a principios del siglo XIX. Refiriéndose a la Hermandad de la VeraCruz dice textualmente: «La primera, llamada de los Remedios y antiguamente de los azotes sale de la ermita de la VeraCruz en la tarde del Jueves santo a la Hora regular para entrar antes de la oración de la noche, saca la imagen de nuestro redentor Jesucristo en los pasos del Ecce Homo y amarrado a la Columna, le sigue la de San Juan, Magdalena y María Santísima de los Remedios.
Esta insinuada Hermandad de los Remedios sacaba esta procesión de su Nombre, pero desde el año 1777 fue resfriándose en el fervor, de suerte que desde dicho año se puede decir que no existen tal Hermandad y que suele sacar esta procesión el mayordomo de la referida ermita. A costa de varías limosnas de estos fieles y de otras que acostumbran o necesitan suplir de sus propios fondos, regulándose el gasto de cada una de ellas en cien ducados y solamente permanecen unos doce Hermanos, sobre poco más o menos, que con túnica negra llevan sobre sus hombros la referida imagen de los Remedios.
El texto no necesita aclaración alguna ante el derroche de detalle que recoge el vicario en su informe. Queda claro pues, que ya la Virgen da nombre a la Hermandad, aunque es la VeraCruz con todas sus imágenes la que aun y sin Hermandad sigue procesionando en la noche del Jueves Santo.
Esta postración se mantuvo durante muchas décadas hasta que en el año 1871, se inicia la reorganización, ya con el nombre de cofradía de nuestra señora de los Remedios cuyos estatutos fueron aprobados por el Obispo Alfonso de Alburquerque el día 16/04/1871.
A pesar del periodo que estuvo desaparecida la Hermandad y el cambio del nombre, los nuevos estatutos aprobados reflejan claramente que en la cofradía de los Remedios se sigue el hilo histórico y devocional de la primitiva Hermandad de la VeraCruz, por ello, se mantuvo la estación de penitencia en la noche del Jueves Santo y los cultos y procesión del día de la cruz, que desde tiempo inmemorial, según reza en los nuevos estatutos, venía celebrando la Hermandad. En esta reorganización va a tener un especial protagonismo, tanto en la hermandad de los Remedios, como en el resto de cofradías, las clases alta o elites sociales del pueblo, convirtiéndolas en claros instrumentos para conseguir o mantener ciertas prebendas políticas famosos son los enfrentamientos entre José Heredia y vida, alcalde y Hermano mayor de los Remedios. La cofradía de los Remedios al igual que las demás se convertirían casi en mutuas de seguros de enterramientos ofreciendo un servicio muy demandado por la sociedad del siglo XIX. En los nuevos estatutos y a tenor de ser ya la virgen la titular de la cofradía y siguiendo la línea o moda impuesta por la cofradía del nazareno, se cambiaría la túnica o mejor dicho se le incorporaría la capa que en nuestra cofradía fue de color azul. La inusitada vitalidad que vivió la cofradía nazarena es bastante explícito: «Se colocaron a la cabeza con su estandarte, Hermanos de capa y medalla, y veinte y nueve con sus nuevas y vistosas túnicas y capas del color del cielo». Por el apunte podemos deducir que fue este año de 1873 el primero en que se estrenó la nueva túnica, ya que subsisten aun los Hermanos que vestían con capa y medalla, forma con la que se acompañaría a la virgen los años que no contó con cofradía. Durante el último tercio del siglo XIX la Virgen sería acompañada en su procesión del Jueves Santo por la Imagen y cofradía de Jesús caído que se había fundado en esa época. Fueron estos años de finales del XIX un periodo en el que la cofradía luchó duramente por rehabilitar su ermita que sin duda se debía encontrar muy deteriorada, así nos lo manifiesta varias noticias que os doy a conocer, entre ellas una valiosísima carta del Hermano Mayor de los Remedios don Julián Domínguez quien en 1883 se dirige al ayuntamiento en estos términos:
El ilustre ayuntamiento de esta ciudad de Aguilar que en todos tiempos ha dado pruebas de piedad y celo con que honra su digno cargo y para añadir una página Honorífica en el libro de los anales de la Historia de este pueblo, hoy se le presenta una ocasión oportuna para demostrar una vez más su celo y religiosidad sin necesidad de gran sacrificio, solo con llevar a cabo su oferta. Hay que salvar un peligro, y una necesidad que socorrer, de todo lo cual tiene conocimiento el ilustrísimo ayuntamiento y el vecindario de esta población.
El asentamiento y tradicional templo de la VeraCruz y Virgen de los Remedios se encuentra en peligro la mayor parte. Como iglesia pobre no tiene absolutamente nada, solo cuenta con la protección del municipio y las limosnas de los fieles. Por lo que estando como está en manos de aquel, el dar con generosidad materiales y maderas, el que suscribe en unión de los fieles de esta ciudad, procurará con ayuda de Dios limosnas para pagar los operarios y de ese modo conseguiremos salvar y conservar lo que peligra. Renta solo dar las Gracias al ilustre ayuntamiento en nombre de nuestra Virgen.
En definitiva, lo que solicitaba el Hermano mayor de los Remedios no era otra cosa que poder retirar del convento e iglesia de las coronadas que había sido declarada en ruinas en 1882, elementos para poder realizar las obras necesarias en la VeraCruz. La presencia de elementos diferentes al original en el retablo mayor de esta ermita hacen pensar que fueron traídas de la iglesia de las coronadas. La ruina del convento e iglesia de las coronadas sería el origen de otro hecho que se produjo en estos años y que concluyó con el traslado hasta esta ermita del retablo más antigua que contiene, procedente del sagrario de la parroquia del Soterraño donde daba cobijo a la imagen de San Pedro. La explicación es sencilla, la Virgen de la Soledad que residía en la iglesia de la coronadas se trasladó a la parroquia al declararse la ruina, el lugar elegido para su ubicación en la parroquia fue la capilla del sagrario, donde colocó su retablo neoclásico que seguramente traslado desde las coronadas, para lo cual tuvo que desmontar uno de los dos que albergaba la capilla y que terminó por colocarse en la ermita de la VeraCruz. También en la década de los años ochenta del siglo XIX se produciría un hecho hasta ahora totalmente desconocido y que se puede considerar como el precedente del asilo que desde ese siglo tan unido ha estado a esta ermita.
La noticia hace referencia al intento de fundar un establecimiento en las dependencias anejas a la ermita por una orden religiosa llamada Hermanos de San José, que llegaron a Aguilar con motivo de la epidemia del Cólera que se padeció en nuestro pueblo por esos años. El documento es una extensa carta que vamos a dar a conocer resumida. Dice Textualmente: «Con esta fecha, el muy ilustre Gobernador ecónomo ha dictado el decreto del tener liberal siguiente. Córdoba 20 de noviembre de 1885. Teniendo en consideración los buenos servicios prestados en la ciudad de Aguilar durante la epidemia Colérica por los llamados Hermanos de San José, y accediendo a los deseos manifestados por el clero y municipio de la misma, concedemos nuestra licencia para que los mencionados Hermanos se instalen en las habitaciones anejas a la capilla de la VeraCruz y mandamos que el señor arcipreste los ponga en posesión de dichas habitaciones y capilla levantado acta…….etc.
A parte de resaltar el hecho de la instalación de esta orden en la ermita, suponemos para prestar algún servicio asistencial, bien a enfermos o a ancianos, la noticia nos descubre sobre todo la existencia de unas dependencias anejas a la iglesia y que nos podía hacer suponer que en otros siglos, pudiese haberse prestado por la hermandad algún servicio social como hicieron otras hermandades de la VeraCruz que contaron con hospitales propios. Aunque personalmente creo que, por los datos que conocemos, no se dio este caso en Aguilar, y más bien debió corresponder dichas dependencias a las que ocupará varios siglos la familia de los Santeros que cuidaban de la ermita.
Cuando estas estaban fuera del casco urbano esas misas dependencias, ampliadas con las que se construyeron en los terrenos anejos a la ermita, conformarían el asilo, que por iniciativa y patrocinio del matrimonio formado por Don Rafael crespo y Doña asunción de Toro, sería regentado por las Hermanitas de los ancianos desamparados que llegaron a Aguilar el día 4/10/1898. Inaugurándose el asilo el día 9 de ese mes. Cuando llegaron las monjas a la ermita de la VeraCruz la Virgen de los Remedios presidía ya el retablo mayor desde el camarín que dos décadas antes le había construido la cofradía a iniciativa de su hermano mayor don José Heredia vida. La construcción del camarín necesito de la autorización municipal, y sobre todo, de la donación de los terrenos por el ayuntamiento. Las actas capitulares recogen este acuerdo: Acuerdo del ilustre ayuntamiento de Aguilar en la sesión celebrada del 22/02/1877 siendo su alcalde Don Rafael Moreno Clavería. Dado cuenta del informe emitido por la comisión de obras en la instancia escrita por Don José Heredia y Vida como Hermano mayor de la cofradía de nuestra señora de los Remedios, sobre demarcación de terreno para edificar en la iglesia de la Cruz. Por el ayuntamiento fue acordado de conformidad a lo expuesto por la referida comisión, sea cedida a la cofradía citada, el espacio de la novecientas varas cuadradas que al sitio del llano de la cruz se haya comprendido entre la iglesia de este nombre y la cruz de piedras que existe al frente de la referida ermita, para que en el dicho espacio o terreno puedan hacerse las obras que se estimen oportunas.
Comenzó la cofradía el siglo veinte con el apogeo y vitalidad que venía disfrutando desde su refundación, un siglo XX que ha sido muy intenso también en hechos y noticias históricas referentes a la cofradía de los Remedios. En la Década de los años veinte y coincidiendo con la dictadura de primo de Reviera, se vivirá un gran auge cofrade, que se traducirá en la renovación y mejora de muchos de los enseres procesionales. Este periodo inició su declive con un hecho que estuvo a punto de destruir toda la ermita incluidas las imágenes de la cofradía. Un incendio fortuito daño gravemente al altar mayor y techumbres del templo, hecho acontecido en el año 1930. La restauración de estos elementos necesito de un gran esfuerzo de los hermanos de la cofradía, hermanos como Antonio Bonilla Mejías, Antonio y Pablo Estrada, Francisco Leon, Juan Manuel Romero, Rafael Aragón Gonzales, Manuel Ordoñez, francisco Jiménez Luque, José Hierro Aragón y así podríamos seguir con un largo listado de hermanos, que dejaron patente su devoción a la Virgen de los Remedios, La Virgen d su Barrio, ya que era denominador común de todos estos hermanos, el vivir en el barrio de la Cruz.
Sería injusto no destacar también personas como Don Ricardo Aparicio exgobernador de Alicante, Al alcalde de Aguilar en Aquellos años Don Alfonso Berlanga o al presbítero Don Antonio Galisteo quienes colaboraron con la cofradía para responder los daños producidos por el incendio.
El incendio del año treinta fue el preludio de toda una década difícil para la cofradía y el mundo cofrade en general. Las situaciones políticas que se dieron en esos años, así como la guerra civil, provocarían una profunda crisis. Ya en el año 1931 se intentó suspender la procesión del día de la Cruz tal como se recogió en el acta correspondiente:
Por el Hermano mayor se dio conocimiento que aproximándose la festividad antes indicada y reconociendo que los momentos porque se atravesaban se consideraban de poco respecto para la procesión, propuso este se suspendiera la función y procesión que debía celebrarse el día 3 de Mayo. Y no estando conforme los hermanos con este acuerdo tomado, pidieron a esta directiva, que se celebrase como todos los años y que ellos respondían de garantizar el orden bajo su responsabilidad.
La situación se agravaría más, y definitivamente la Virgen se quedó sin posesionar el jueves santo y día de la Cruz durante los años 1932, 1933, y 1934 en el año 1935 se recupera las dos salidas procesionales aunque la cofradía se encontraba casi sin Hermanos y sumida en una importante crisis que permanecería hasta los años de posguerra.
Los poderes políticos y religiosos vencedores de la guerra, propiciaron con su apoyo incondicional, por diversos intereses, el resurgir del mundo cofrade. Restablecida la cofradía se acometió la restauración de la Virgen por el imaginero Cordobés Martínez Cerrillo y se realizó obras en la ermita durante varios años. En los últimos años de la década de los cuarenta se produjo un acontecimiento digno de resaltarse, ya que en él, se pone de manifiesto, como la cofradía de los Remedios defendió la tradición inmemorial de la primitiva VeraCruz, en la salida del Jueves Santo. En el año 1948 y por imposición del entonces alcalde de Aguilar y Hermano mayor del Caído Don Agustín Aranda, La virgen salió en la noche del Miércoles Santo, manteniendo esa situación dos años más hasta que en el 1951, y después de una intensa lucha, los hermanos consiguen que el obispo autorice la vuelta de la salida de la Virgen a su día tradicional. Ese año además, alcanzaría la cofradía en su procesión un gran lucimiento ya que se estrenaba el paso nuevo de la virgen y en el antiguo y como demostración, así lo parece, de que la cofradía no necesitaba del Caído, está saco la imagen del preso, recuperándose así parte de la antigua procesión de la VeraCruz, lástima que este hecho no perdurara, aunque se repitió en 1972.
La década de los años sesenta traerá consigo una nueva crisis, esta vez influenciada directamente por la política anti cofrade seguida por los sacerdotes que no entendieron claramente los mandatos posconciliares. Esta crisis se vería agravada además en la cofradía de los Remedios por dos nuevos hechos históricos, como fueron, el abandono del asilo en septiembre de 1970 de las monjas, que tanto hicieron por el culto de la Virgen. Y tan solo cinco años después, en 1975, el abandono de la Virgen de su ermita declarada en ruina. Dieciocho largos años estuvo la Virgen acogida en la parroquia del Carmen, años en que de nuevo vuelve a resurgir la cofradía de sus cenizas y se inicia un largo y fructífero periodo a que tendrá su momento álgidos con hechos como la creación de la Romería, adquisición de un local, estreno del palio, etc…
Se inició la década de los noventa con un hecho importantísimo como fue la vuelta de la Virgen a su ermita, nunca agradeceremos lo suficiente la labor que realizó para hacer posible esta vuelta de Don José Priego León. Esta vuelta de la Virgen a su ermita, supondría un acicate más para la nueva junta de gobierno iniciaría entre otros importantísimos proyectos la reposición histórica del primitivo título de la VeraCruz a la cofradía. Así se hizo, hace ya si una década y poco a poco, se va asumiendo plenamente la importancia de ser y sentirse la Hermandad de penitencia más antigua de Aguilar.
Conferencia de D. Antonio Maestre Caballero.