Jueves Santo, pero un Jueves Santo diferente.
La iglesia de la Veracruz estaría en estos momentos llena de gente preparando los pasos y enseres para la tarde más importante del año para los cruceros, dirigidos por la sabia mano de nuestro Tte. de Hermano Mayor. Nuestro querido Paco.
Hoy, Paco no está, y la humanidad está sufriendo tanto que ha hecho que tampoco vaya a haber Protestación pública de fe por las calles de nuestro pueblo. Pero si habrá Estación de Penitencia. En la intimidad de nuestros hogares haremos la Estación de Penitencia más importante de nuestras vidas. La más amarga. La que nunca quisiéramos haber tenido que hacer, pero la más necesaria en estos momentos.
Hoy, cuando el sol empiece a ponerse, el blanco y el azul no inundarán las calles colindantes al llano de la Cruz, acompañando a ese Cristo del Calvario que abraza el verde madero de vida ni a su bendita Madre de los Remedios, pero seguro que inundará nuestros corazones y hará revivir nuestro recuerdo.
Orad a nuestros Sagrados Titulares. Que ellos nos protejan. Y ahora más que nunca decid con orgullo: SOY DE LA VERACRUZ.